Este mensaje nuestro a través de la red social de Twitter ha levantado cierta expectación, lo que me hace pensar del compromiso de las personas alrededor del baloncesto con la formación intelectual de los jugadores. Es un buen camino.
Sería interesante hacer el siguiente experimento. Preguntar en tu club si hay algún equipo de estudiantes de secundaria cuya suma de suspensos de sus jugadores en la primera evaluación de este curso 2012-2013 sea cero. Es decir, equipos que van desde pre infantil hasta cadete de segundo año.
Me gustaría saber si hay alguno. Si fuera posible, el que lo tuviera, que dejara un comentario o pusiera un correo electrónico, o un mensaje en nuestro twitter.
Es cierto que el impacto que podemos tener nosotros en los estudios es limitado, no es nuestra parcela, pero también estoy seguro que algo podemos hacer, algo para invertir la tendencia de alumnos con suspensos. El baloncesto es una herramienta muy potente y a los jugadores les gusta mucho. Seguro que hay manera de relacionar ambos campos, estudio y baloncesto.
Decíamos en el mensaje de twitter que el jugador de baloncesto tiene que pensar rápido. E la cancha no tienes mas de un segundo para tomar una decisión. Los grandes como Juan Carlos Navarro, la suelen tomar antes de que vaya a ejecutarla. Anticipación ofensiva.
Para pensar rápido, hay que tener el cerebro activado, y la mejor manera es estudiando. Alumnos inteligentes que comprendan el baloncesto, jugadores que estudien y que mantengan su cerebro activo en la pista.
Es evidente que no podemos quedarnos con el mensaje de que todos los jugadores con buenas notas serán profesionales del basket. Hay otros aspectos que influyen. Es un mensaje para hacer reflexionar, no solo a los entrenadores, sino a los jugadores, a los directivos de los clubes, grandes o medianos, y a los padres de los jugadores.
No se si es cuestión de castigar con partidos si se suspende. Quizás una cosa no tenga que repercutir sobre otra, ni que si el jugador ha suspendido, el padre le limite las asistencias a los entrenamientos. Bien organizados hay tiempo para todo y ademas el jugador adquiere un compromiso con sus compañeros. O puede que si sean necesarias medidas como las anteriores. A cada jugador le irá bien un método.
Lo cierto es que, cuando somos entrenadores de baloncesto, también tenemos un pequeño tanto por cierto de responsabilidad en la formación intelectual de nuestros jugadores, y no debemos eludir esa responsabilidad. ¿El camino? Cada uno que piense y aporte. Yo tengo una idea. La maduraré y un día de estos lo hablamos.
Decía un entrenador que al buen alumno se le reconoce fácilmente en la pista, y al buen jugador, fácilmente en el aula.